“Esta lucha contra la enfermedad me sirvió para que mire la vida de otra forma”
Fecha: 2024-04-07 09:40:03 AM
Rosa Beatriz Cantero Domínguez forma parte de Amacma, una asociación de lucha contra el cáncer de mama, y cuenta cómo logró superar la batalla contra esta enfermedad que arrebata vidas de miles de mujeres del país.

Me llamo Rosa Beatriz Cantero Domínguez, tengo 55 años y soy oriunda de la ciudad de Asunción. Soy miembro de la comisión directiva de la Asociación de Mujeres de Apoyo contra el Cáncer de Mama (Amacma). Además me recibí en la carrera de Administración de Empresas y soy instructora y consultora en emprendedurismo, además de Management International y Negociación Comercial.

Fui a trabajar y viví sola en Francia, en la ciudad de París, durante 10 años y regresé en el año 2016 para pasar Navidad y las fiestas de fin de año con mi familia. En ese entonces, tenía 47 años. Esa noche me dolieron los pechos y uno de mis senos, el lado derecho, se inflamó y como siempre durante el ciclo de periodo menstrual de la mujer suelen doler e inflamarse los pechos, pensé que era algo normal, pero luego noté que se formó una pequeña pelota y me comencé a preocupar. Posteriormente, en enero me fui a consultar con un médico y él dijo que esa bola estaba más grande y me mandó a realizar una ecografía mamaria. En ese momento yo no tenía trabajo y estaba más preocupada en conseguir uno, por lo que no le di importancia. Luego se me perdió la orden médica, no me realicé dicho estudio y eso se fue acumulando con el tiempo. Recién nueve meses después me realicé la ecografía.

Fui a consultar con una mastóloga en octubre, me realizó todos los chequeos y me hizo hacer una biopsia, luego de la biopsia salió que era maligno. La doctora me dijo que el tratamiento es muy costoso y que debía buscar un hospital público para llevarlo a cabo. Fui al Instituto Nacional del Cáncer (Incán). Empecé con tres centímetros de tumor, luego subió a seis centímetros, luego tuve otra inflamación en una de las axilas.

Por obra de Dios y de los excelentes profesionales que me trataron, me salvé y también mantuve la fortaleza porque realmente en el hospital público tenés que tener mucha paciencia.

Comencé mi tratamiento de quimioterapia 16, 4 rojas que son las que te echan el cabello y 12 blancas que son el paclitaxel, que es cuando es hormonal. Fue realmente el momento más duro de mi vida porque a uno no le pasa por la mente que va a tener una enfermedad catastrófica. Cuando me dieron la noticia de que tenía cáncer de mama, pensé primeramente que era el fin, luego me fui calmando y me puse a investigar más y hablar con diferentes profesionales, pero la primera vez es un shock para la familia y amigos ni qué decir. Realmente fue demasiado difícil porque mucha gente se queda paralizada, te dice cosas negativas y no tienen tacto cuando van a tratar a un paciente con una enfermedad tan delicada. Hace seis años que me extrajeron el seno.

Mi principal motivación fue el apoyo de mi familia en ese duro momento. Mi mamá, siendo una adulto mayor, me acompañaba siempre cuando me realizaba mis quimioterapias y me siento afortunada por ello, porque hay gente que no se realiza su tratamiento porque no tienen un acompañante y tienen miedo de ir solos. Tener a mi familia cambió toda mi vida porque yo siempre fui autónoma y con esta situación que giró el rumbo de mi vida realmente redescubrí la compañía, la necesidad de estar acompañada y también de salir adelante.

AMACMA

En el 2017, conocí a una sicóloga que me habló de una asociación de mujeres que luchan contra el cáncer de mama y me dijo: “Ahí yo te puedo atender y el servicio es gratuito”, y eso me facilitó bastante. La Asociación de Mujeres de Apoyo contra el Cáncer de Mama (Amacma), es una agrupación de ayuda que trabaja desde el año 2008 y que fue reconocida legalmente en el 2010, de la cual yo formo parte. En la asociación contamos con un grupo de autoayuda porque las mujeres que están luchando contra el cáncer y expresan sus sentimientos son inspiradoras para otras mujeres. Además en la asociación existen profesionales y el equipamiento necesario para realizarse mamografías, ecografías mamarias, entre otros estudios, gracias a los fondos de varias instituciones que nos están ayudando con todo lo necesario para seguir adelante y seguir tratando a más mujeres.

Además trabajamos en cooperación con la Sociedad de Cirugía Plástica para reconstrucción de mamas y en casos de que las mujeres pierdan el cabello, contamos con un programa de pelucas para ofrecer a las pacientes que tienen el tratamiento de quimioterapia. La gente dona su cabello y con eso se realizan las pelucas para que las mujeres nunca pierdan su autoestima.

A raíz de la creación de Amacma, pacientes que formaron parte del grupo y se recuperaron formaron otras asociaciones en cada hospital que sirven de guía para los novatos, para las pacientes que comienzan la batalla contra el cáncer de mama.

Las socias fundadoras de Amacma fueron Déborah Soerensen y Luz Marta Gibbons, quienes lastimosamente perdieron la batalla contra el cáncer de mama en 2015 y 2016, y gracias a su legado, muchas mujeres pudieron salir adelante y vencer la enfermedad.

GARANTÍAS EN SALUD

Creo que en el país se debe mejorar fundamentalmente la salud pública porque los tratamientos y medicamentos oncológicos son demasiado costosos y deben ser de libre acceso para todas las personas que están luchando contra esta enfermedad.

El cáncer se puede tratar. Hay muchas mujeres que sobrevivieron y aún podemos salir adelante; entonces, les insto a las mujeres a no perder nunca la esperanza porque eso es lo primordial, porque si la salud mental se encuentra bien, eso ayuda mucho para recuperar nuestra salud física. Uno debe cambiar de actitud, porque a veces cuando nos pasa algo tan importante en nuestra vida, sirve de lección para que nosotros miremos la vida de otra forma, mejoremos como seres humanos y enmendar errores del pasado.

Muchas veces, este tipo de giros en la vida es una oportunidad de cambio, no necesariamente una tragedia. Uno debe cuidarse y por sobre todo, apreciar los momentos. Todos somos vulnerables, somos mortales, pero no somos conscientes, sobre todo los jóvenes que creen que toda la vida van a vivir. Esta enfermedad no tiene una edad, es necesario que las mujeres jóvenes e incluso niñas sean controladas a tiempo, porque con los avances en la medicina todo se puede tratar y vencer esta larga batalla.

Creo que en el país se debe mejorar fundamentalmente la salud pública porque los tratamientos y medicamentos oncológicos son demasiado costosos.

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